La Habana, Cuba, 12 de julio de 2024.- Para profundizar en principios y procedimientos de la gestión inclusiva de albergues, escenario clave durante la respuesta a emergencias, se desarrolló en La Habana una capacitación organizada por la oficina en Cuba de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en colaboración con la Defensa Civil, el Gobierno de La Habana, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

El Taller de Gestión y Coordinación de Albergues formó parte de las preparaciones diseñadas por el Grupo Sectorial de Coordinación y Gestión de Campamentos de OIM a nivel regional y de un grupo de capacitaciones impulsadas por el Sector Albergues del Equipo Técnico de Naciones Unidas para Preparación y Respuesta a Desastres (UNETE) en el país. Entre sus participantes estuvieron actores involucrados con la articulación de estos espacios desde la Defensa Civil, los gobiernos locales de La Habana y agencias del UNETE como el Programa De Las Naciones Unidas Para El Desarrollo (PNUD), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La jefa de oficina de OIM Cuba, Sonia Karakadze, comentó que el taller dió continuidad a una experiencia de trabajo sistemática de la organización, la cual forma parte del UNETE y avanza en la organización de un sector interagencial para la gestión de albergues. Además, como parte de su mandato de promover la migración segura, ordenada y regular en beneficio de todos, OIM ha acompañado la respuesta a los eventos hidrometeorológicos en los últimos cinco años.

Con la Oficial de Coordinación y Gestión de Campamentos de la sede global de OIM, Patricia Ocaña, y la Oficial de Preparación ante Emergencias de la oficina de Centroamérica y el Caribe de dicha organización, Marta Leboreiro, como coordinadoras, el taller se desarrolló del 9 al 11 de julio y permitió definir la gestión de albergues en relación con las normas, principios y enfoques internacionales de protección y asistencia, así como otros aspectos claves.

Durante las sesiones, Ocaña utilizó la analogía de una casa para explicar la gestión de albergues temporales. Señaló que las columnas de esa vivienda son la protección y los servicios de asistencia a brindar, mientras que sus cimientos son el marco legal, normas mínimas internacionales y la participación comunitaria. Todos estos elementos deben conjugarse para garantizar una adecuada gestión y organización de esos espacios.

En función de ello, la agenda del taller incluyó el análisis de roles y responsabilidades dentro de un albergue, los principios humanitarios que deben tenerse en cuenta durante su gestión, los pasos a seguir para identificar los sitios en que se crearán, la gobernanza y participación comunitaria y la gestión de datos e información, entre otros temas.

Además, con la colaboración de UNFPA y UNICEF, se incluyeron aspectos transversales para garantizar una gestión inclusiva como la violencia basada en género, la salud sexual y reproductiva y la protección de la infancia y la adolescencia en contextos de albergues, aspectos de gran interés para los participantes. También hubo tiempo para la familiarización con herramientas internacionales y locales, como la Caja de Herramientas de Gestión de Albergues.

Un taller muy oportuno…

Cuba se encuentra hoy en medio de una de las temporadas ciclónicas más activas de los últimos años. Expertos sugieren que es posible esperar la formación de unos 20 ciclones tropicales, 14 de ellos en el Océano Atlántico y 4 en el Caribe. “Las posibilidades de que se origine e intensifique un huracán en el Caribe son de alrededor del 85 por ciento, y las probabilidades de que al menos un huracán afecte a Cuba sobrepasan el 80 por ciento”, insistió la representante interina del Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, y representante de UNICEF, Alejandra Trossero, durante la inauguración del Taller.

En ese contexto, desde hace varios años la Defensa Civil,  con el apoyo de Naciones Unidas, viene trabajando para planificar una respuesta adecuada a este escenario a partir de modelaciones realizadas  sobre el impacto de un evento extremo en la capital, comentó el consultor de OIM Cuba, Miguel Ángel Puig.

“Ante el paso del huracán, será necesario trasladar hacia lugares seguros a 1,048,518  personas que residen en 364,069 viviendas vulnerables a los efectos destructivos del huracán como vientos, lluvias y marea de tormenta”, precisó el experto.

De ahí que este taller sea particularmente oportuno, sobre todo porque tocará un tema especialmente sensible para el contexto cubano, confirmó Trossero. En definitiva, el tratamiento de las personas albergadas, la focalización de vulnerabilidades en correspondencia con cada escenario específico, la articulación de actores para garantizar la atención material y espiritual de las y los damnificados, es un objetivo que demanda experticia, involucramiento y  participación intersectorial.

Además, convocó a pensar la gestión de albergues de forma inclusiva, desde un principio clave: no dejar a nadie atrás. “La Caja de Herramientas para la Gestión Inclusiva de Centros de Evacuación que presentaremos en este taller, es el resultado de la colaboración conjunta entre OIM, UNFPA y UNICEF, y resultado también de la comprensión de que el abordaje de estos temas es necesariamente multidimensional. Hemos transversalizado un enfoque de género, de inclusión y de equidad, poniendo a las personas damnificadas en el centro de nuestras acciones”, dijo.

Por su parte, el segundo jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, Primer Coronel Luis Macareño, señaló que esta capacitación era útil para planificar la respuesta ante un escenario modelado de un huracán de gran intensidad en La Habana, pero también para el trabajo diario. “Tenemos que aplicar los conocimientos en cada situación que se nos presenta, como demostraron en días recientes las intensas lluvias que afectaron a la ciudad”, dijo.

Agregó que, como parte de las acciones de prevención, es importante pensar desde ahora cómo garantizar la protección en los lugares a dónde irán los evacuados, qué procedimientos llevar a cabo para garantizar traslados organizados y seguros, qué tener en cuenta a la hora de identificar las instalaciones que se convertirán en albergues, entre otras preguntas clave.

Lecciones aprendidas…

“Este Taller nos ayudó muchísimo y sobre todo, nos ayudará a partir de ahora: incorporé diversas herramientas para perfeccionar mi trabajo e incluso, me dieron documentación que contribuirá no a lograr la perfección, pero sí mejorar”, aseguró la jefa del Departamento de Albergue en el municipio Centro Habana, de la capital cubana, Bárbara Araujo, uno de las participantes en la capacitación.

Señaló además que entre los temas más interesantes estuvieron las sesiones dedicadas a la protección de los derechos de la infancia y la adolescencia y a la prevención de la violencia de género, “porque son asuntos que sí afectan a la población cubana en su vida normal y quienes están albergados, aún más”.

Por su parte, Patricia Ocaña comentó que el taller mostró la buena respuesta en la gestión de albergues en el contexto de Cuba, sobre todo con las compañeras que gestionan centros de evacuación y comunidades de tránsito en La Habana.

La experta de la sede global de OIM añadió que uno de los temas más importantes -y sobre los que hay que continuar trabajando- es la violencia basada en género, cómo prevenir y mitigar sus riesgos.

“Algunos aspectos de la formación, como la participación comunitaria, ya eran bastante fuertes en el contexto cubano y ha estado bien remarcarlos. Y luego otros, que a lo mejor no eran tan conocidos en el país como el diseño y la planificación de albergues, fueron útiles para las personas participantes, porque pudieron practicar incluso dibujando cómo se planifican albergues de cero, y cómo se mejoran algunos que ya existen”, dijo.

Mientras tanto, el Asistente de Proyecto de la oficina de OIM en Cuba, Roberto Pérez, comentó que el taller fue de mucha utilidad, pues todos los contenidos resultaron oportunos y relevantes para preparar a los actores nacionales que atienden directamente a los albergues de la ciudad, tanto del Gobierno de la capital como de la Defensa Civil.

“Además, permitió identificar vacíos en los cuales debe trabajar OIM con sus contrapartes nacionales, como la atención psicosocial, la selección y planificación de sitios, entre otros. Lo aprendido nos permitirá elaborar próximos pasos y acciones para implementar”, agregó.