Esta semana, la OIM comenzará a distribuir 10.000 lonas y 1.000 juegos de herramientas para ayudar a las personas a reconstruir sus viviendas. Además, desplegó a un equipo de especialistas en emergencias para que presten asesoramiento en las áreas de coordinación y gestión de campamentos, albergues y recuperación rápida.

Las evaluaciones iniciales indican que miles de personas que quedaron sin hogar por el terremoto están viviendo en albergues temporales, en alojamientos espontáneos y con familias de acogida. Unas 29.000 personas están viviendo en alojamientos temporales administrados por el gobierno.

La OIM ha estado trabajando en estrecha colaboración con el Ministerio de Inclusión Económica y Social, autoridades locales como los Gobiernos Autónomos Descentralizados, y otras organizaciones humanitarias, para identificar el número de personas que se encuentran en alojamientos espontáneos y con familias de acogida y para determinar sus principales necesidades.

En algunas de las áreas rurales más afectadas, el número de personas alojadas con familias de acogida es mayor de lo esperado, según dio a conocer el personal de la OIM en el terreno. De no recibir ayuda inmediata, esta situación se podría agudizar para estas familias, hasta el punto de obligar a los afectados a regresar a sus lugares de origen o trasladarse a alojamientos espontáneos.

Muchas otras familias decidieron permanecer en los terrenos donde se ubicaban sus casas antes del terremoto y están viviendo en tiendas de campaña o bien en condiciones precarias y de hacinamiento en el poco espacio que no fue afectado. Muchas de estas construcciones tienen serias averías y corren riesgos ante potenciales réplicas del sismo.

Este es el caso de la familia de Peter Vera. El terremoto destruyó su vivienda y él, su esposa, sus cinco hijos y su suegra viven hacinados en un espacio diminuto sin paredes, con los pocos enseres que él logró rescatar de los escombros. Peter afirma que no va a abandonar su terreno y necesita ayuda para poder reconstruir su casa.

La OIM también está trabajando para identificar y ayudar a las personas vulnerables, tales como personas con discapacidad y en riesgo de violencia basada en género en los sitios de desplazados. Además, está facilitando el acceso a atención especializada para sobrevivientes de la violencia de género.

El domingo 1 de mayo, el Ministro del Interior José Serrano y el Ministro de Defensa Raúl Patiño visitaron La Chorrera, una pequeña localidad de pescadores en Pedernales que fue devastada por el terremoto, y se reunieron con el equipo de la OIM; el Coordinador Residente/Coordinador Humanitario de las Naciones Unidas en el país, Diego Zorrilla; y el Equipo de las Naciones Unidas de Evaluación y Coordinación en Casos de Desastres (UNDAC por sus siglas en inglés).

A pesar de los esfuerzos realizados por el Gobierno de Ecuador para ayudar a toda la población afectada, las principales necesidades pendientes incluyen albergue, artículos no alimentarios, capacitación de las autoridades locales en la coordinación y gestión de campamentos, y ayuda para las familias desplazadas que viven en alojamientos espontáneos y con familias de acogida.

La OIM hizo una contribución de USD 500.000 del Mecanismo de Financiación de la OIM de Situaciones de Emergencia Relativas a la Migración (MEFM por sus siglas en inglés), pero necesita al menos USD 9,25 millones para llevar a cabo toda su respuesta prevista en esta etapa inicial de la emergencia.

Todas las acciones de la OIM hacen parte de la respuesta del Equipo Humanitario País en apoyo al Gobierno de Ecuador.